VOTO RAZONADO DEL JUEZ A.A. CANÇADO TRINDADE
1.
Mediante su presente Sentencia en Bulacio versus Argentina, para cuya adopción he
concurrido con mi voto, la Corte Interamericana de Derechos Humanos se ha pronunciado sobre
un caso que bien retrata las contingencias de la condición humana, y la importancia de la
realización de la justicia y de la garantía de no-repetición de los hechos lesivos de los derechos
humanos como medida de reparación. Dada la relevancia de la materia tratada por la Corte, me
veo en la obligación de dejar constancia, en el presente Voto Razonado, de mis reflexiones
personales al respecto.
2.
Como se ha señalado en el procedimiento ante la Corte Interamericana, padre y madre,
hijo e hija, formaban una familia, como tantas otras, de gente sencilla y trabajadora1, y, muy
probablemente, feliz quizás sin saberlo. Vivía la rutina del cotidiano, unida por los lazos de afecto
que tornan la vida más digna de ser vivida. Este cotidiano leve y sin misterios perduró hasta el
día en que el destino reservó una prueba dura a aquella familia unida y bien conciliada con la
vida.
3.
Una noche, el hijo, al dirigirse a un concierto musical, fue atrapado en una detención
masiva y golpeado por agentes del poder público. Al fallecer, una semana después, llevó consigo
las expectativas que su familia en él depositaba, como hijo primogénito y excelente alumno. El
dolor por la pérdida, en estas circunstancias, del ser querido, agudizado por la insensibilidad del
poder público y la impunidad de los responsables, tuvo un impacto avasallador sobre toda la
familia. Pronto se tornó insoportable, al punto de desintegrar la unidad familiar y lanzar a los
tres sobrevivientes en las profundidades de una tristeza sin fin.
4.
El dolor por la pérdida irreparable llevó al padre a tratar de huir de la realidad, dejando
atrás su hogar. El intento de empezar una nueva vida, con dos hijos nacidos de una nueva
relación, no aplacó su dolor. Perdió su trabajo, y sobrevivió a tres intentos de suicidio. Tras sufrir
dos infartos y ser sometido a una operación cardíaca, falleció a los nueve años desde la muerte
del hijo, de la cual nunca se recuperó; encontró, en fin, su descanso, pues ya no quería seguir
viviendo2, o sobreviviendo al hijo querido.
5.
La hija, muy joven, quien tenía en el hermano mayor un modelo, cayó en un estado de
depresión, y dos veces intentó suicidarse. Hoy vive con la madre, en un estado de reclusión,
incapaz de establecer nuevas relaciones afectivas, de estudiar o trabajar; custodia la vida
familiar, o lo que de ésta restó, para que nadie más se muera. La madre padeció una grave y
prolongada depresión, y hoy comparte con la hija el peso de los recuerdos de la felicidad perdida,
y el pasar de los días cargados de un vacío ineludible. Otros familiares próximos - como la abuela
- presentaron igualmente cuadros depresivos.
6.
¿Es esta la trama de los fragmentos, recién descubiertos, de una nueva tragedia de
Ésquilo, Sófocles o Eurípides, que se suma a las que ya conforman aquel legado y repositorio
indeleble de enseñanzas de los antiguos griegos a la humanidad? Bien que podría serlo, pero se
. Cf. Corte Interamericana de Derechos Humanos (CtIADH), Transcripción de la Audiencia Pública en el caso Bulacio
versus Argentina (Celebrada en la sede de la Corte los días 06 y 07 de marzo de 2003), pp. 7-8, y cf. pp. 10-12 (circulación
interna).
1
2
. Cf. CtIADH, Transcripción de la Audiencia Pública..., op. cit. supra n. (1), p. 10.